lunes, 20 de febrero de 2012

El reto del sucesor de Cubillos




Hace tres años estaba listo para disfrutar de su fortuna. pero Hoy, tras el accidente en Juan Fernández, está a la cabeza del desafío Chile. Acá habla de cuando conoció a Cubillos, de la manera en que se involucró en su proyecto y de lo más difícil: cómo suplir el carisma que tenía el líder de la fundación.

Por Sabine Drysdale - Sábado- El Mercurio




-Parecemos secta, pero no lo somos.

Cristián Gold-berg, director de Desafío Chile, dice esto sin mediar pregunta, sentado en la terraza de los cuarteles generales de la Fundación, en el barrio de Los Dominicos. Ahí, desde lo alto, se ven las copas de los álamos que se mueven con el viento.

-¿Por qué una secta?

-Porque andamos con camisa blanca con "Desafío" escrito -dice, llevándose la mano al pecho, donde está bordado el logo-. Pero somos gente común y corriente y todo Chile puede ser parte de Desafío.

Entonces, me mira directo a los ojos.

-Te pregunto a ti, ¿cuál es tu desafío?

El desafío de Cristián Goldberg, el plan que tenía trazado para su vida, era dejar la gerencia general de su exitosa empresa de construcciones modulares en lugares remotos, Tecno Fast Atco, dedicarse a los directorios, a jugar golf, a pasar tiempo con sus seis hijos, a viajar. Estaba en eso, disfrutando de los Juegos Olímpicos de invierno en Vancouver, Canadá, cuando ese plan se truncó. Era febrero de 2010 y Chile había sufrido uno de los terremotos y tsunamis más devastadores de su historia. Regresó apenas pudo. Ese mismo día se subió a un avión de su empresa para sobrevolar las zonas devastadas.

-Yo había trabajado en el terremoto del 85 en la construcción de 10 mil casas. Tenía la experiencia, pero estábamos con el cambio de gobierno y nadie me pescó -dice. Hasta que recibió un correo masivo de su amigo Felipe Cubillos, el navegante, enviado a todos sus contactos, a los cientos de personas que siguieron por mail su travesía "Desafío Cabo de Hornos", con la que dio la vuelta al mundo en un yate.

-Decía: "Estoy en Iloca, pasó una bomba nuclear, necesito ayuda".

Cristián Goldberg lo llamó por teléfono y le ofreció un campamento para 500 personas que tenía en la mina Los Pelambres.

A los dos días, Cubillos envió un nuevo correo a su lista de contactos.

"...Pero como en toda crisis, siempre surgen los héroes, y como suele suceder en la vida real, esos héroes son generalmente personas que no buscan ni la fama ni el reconocimiento, sólo ayudar, sólo hacer el bien. Y he conocido a varios estos días, pero déjenme contarles de sólo uno. Él se llama Cristián (...). Lo conozco, porque un día decidió que era una buena idea auspiciar al "Desafío Cabo de Hornos" en su regata de la vuelta al mundo. (...) Y él viene mañana con su equipo de técnicos con una solución para dar techo digno a más de 500 personas y armar 4 policlínicos para ayudar a los hospitales. Y todo va a estar listo en menos de una semana!!!!!!".

Cristián Goldberg llegó rápidamente a Iloca a juntarse con Felipe Cubillos y, sentados en el restaurante Donde Gilberto, en la caleta de Duao, improvisaron la Fundación Desafío Chile.

Le llama "el día cero". Y la primera obra fue la escuela construida con los materiales del campamento de Pelambres.

-Así parte la historia de mi relación con Felipe. La Ana María Zaldívar (última pareja de Cubillos) nos decía Piti y Poti, porque andábamos como minas todo el día juntos. Nos hicimos amigos, amigos porque vivimos todo este tema.

Jueves 1 de septiembre de 2011. Santiago. Cristián Goldberg toma un vuelo a Madrid para pasar unas vacaciones.

Viernes 2 de septiembre de 2011. Archipiélago de Juan Fernández. El avión CASA 212 de la FACh se estrella en el mar y fallecen todos sus pasajeros, entre quienes iban un equipo de Buenos Días a Todos, encabezado por Felipe Camiroaga, además de Felipe Cubillos, Cristián Correa, Joaquín Arnolds y Joel Lizama, Catalina Vela y Jorge Palma, todos de Desafío Chile.

Sábado 3 de septiembre de 2011. Cristián Goldberg toma el avión de regreso a Chile. Apenas llega se traslada a las oficinas de Desafío Chile.

-Nos juntamos aquí con todo el equipo y dijimos, "esto tiene que seguir, no podemos no seguir". En esa reunión se acordó formar un directorio en el cual, por acuerdo, fui elegido su presidente.

-¿En ese momento tenían la certeza de que había sido un accidente fatal?

-Sabíamos exactamente que había sido un accidente fatal, porque Mathias Klotz, quien estaba en la isla, fue el primero que llegó al lugar y según los restos que se encontraron, no había ninguna posibilidad. Fue un shock, una realidad potente y en ese minuto dijimos: dediquémonos a trabajar acá. ¿Cómo te cambia la vida? Te la cambia por completo.

De ser un activo colaborador, nuevamente en un cambio de planes inesperado, Cristián Goldberg tomó el control de Desafío Chile, se convirtió en el reemplazante de Felipe Cubillos y quedaron atrás sus planes de una vida más tranquila.

-Y ya no viajo más. Hace dos años jugaba golf todos los viernes, nunca más jugué. Nunca más me fui un fin de semana para afuera. Ha sido un servicio militar bien fuerte.

-¿Tenía ganas de relajarse?

-Si po'. Tenía el plan perfecto. Pero gracias a mi amigo Felipe...

Se le llenan los ojos de lágrimas.

-No me lo dejó fácil. Esto te exige dedicación permanente, aparte de la pega que tienes que hacer. El 80 por ciento de mi tiempo se lo dedico a esto. Pero esto te llena el alma.

-¿Cómo suple el carisma que tuvo Felipe Cubillos?

-Es imposible de suplir. Fue un gran gallo con un nivel de principios maravilloso, con un nivel de lealtad increíble con la gente, un tremendo patriota y un tremendo héroe. Felipe es el Arturo Prat de nuestros tiempos. Los dos eran abogados, los dos eran marinos, es un tremendo gallo, el primero que entendió que aplicando un modelo de emprendimiento podía ayudar a la gente.

-A ratos pareciera que hablara de un santo.

-Él nunca fue un santo. No. Felipe era un gallo súper normal, tremendamente patriota, que escribía como los dioses, que enamoró a muchas mujeres.

A Goldberg no le alcanzó el puntaje para estudiar ingeniería comercial. Se graduó de administrador de empresas en el IPV, que ahora es la U. Diego Portales. Viajó a Estados Unidos a estudiar el sistema constructivo de techos en una compañía que se llamaba Sabinco, de la cual más adelante fue socio y comenzó una meteórica carrera en el rubro de la construcción modular. En 1994 formó Tecno Fast, que luego se asoció con una empresa canadiense Atco. Sus socios canadienses le preguntaron si estaba loco cuando les dijo que quería auspiciar al yate de Felipe Cubillos en su vuelta al mundo.

-Cuando me encuentro con Felipe en Pucón y me dice, "tengo este proyecto", le digo, "genial, me calza". Mis socios canadienses me dicen, "estás loco, no creemos que sea rentable hacer esto; además, qué pasa si se hunde el bote". Pero yo conocía a Felipe, sabía el temple que tenía y resultó un éxito mediático notable. Felipe hizo una tremenda carrera y tenía 4 mil clientes que la estaban siguiendo.

-Cubillos pudo levantar Desafío Chile gracias a sus contactos.

-Absolutamente. Yo fui un contacto de él y nosotros hacemos lo mismo.

-¿Cómo un club?

-Sí. Si nosotros lanzamos una campaña a través de la red, te aseguro que en la tarde tengo soluciones y eso es sólo usando los contactos.

-¿Tiene eso una cuota de elitismo?

-Si ser elitistas es ayudar a la gente, deja de ser elitista. Si hay algo que no somos, es ser cuicos.

Desafío Chile empezó como una Fundación que nace de la emergencia. Que consigue donaciones y reconstruye escuelas, retenes de Carabineros, arregla botes de pescadores. Pero ahora Goldberg busca transformarla en una institución estable que ayude a través de la creación de emprendimiento.

-Hemos sido los más efectivos y seguimos siendo los más efectivos en solucionar problemas. Cualquier persona que se involucra se pone adicto a la eficiencia. Te pongo un ejemplo...

Cristián Goldberg relata cómo desde que empezaron los incendios en el Biobío, en apenas un día ya habían informado de lugares para dejar donaciones y en tres ya tenían una campaña para obtener el equipamiento de las 150 casas que el Gobierno anunció para los damnificados.

-Déjame darte otro ejemplo -continúa-: Hace dos meses descubrimos un centro para niños discapacitados en Colina, a dos kilómetros del Club de Golf de Chicureo, destruido, sin baños, sin nada. Hoy está todo resuelto. Somos absolutamente efectivos.


El arribo de Goldberg a la cabeza de la Fundación no ha estado exenta de polémica. Muchos llegaron ahí siguiendo el carisma natural de Felipe Cubillos y no sienten la misma afinidad con Goldberg, un hombre más conocido por su calidad de empresario exitoso. Eso y su alto patrimonio, dice una fuente al interior de Desafío Chile, bien podría disuadir a potenciales donantes.

-Entiendo que dentro de Desafío no todos están de acuerdo con que usted haya asumido.

-El contexto -que como fundación venimos viviendo desde septiembre- ha sido cargado de emociones. Hemos tenido que ser capaces de vivir la pena y a la vez continuar desarrollando nuestros proyectos. Eso es lo que Felipe hubiese querido. Muchas de las personas que trabajamos en Desafío nos unimos a la Fundación por la amistad que tuvimos con Felipe, y otros, por los objetivos y el trabajo que desarrollamos. Claramente, muchos de los que están aquí se encantaron de la mística de Felipe, por lo que es posible lo que planteas. Sin embargo, es parte del proceso después de lo que ha pasado.

-¿En qué se diferencia la mística de Desafío con la del Un Techo para Chile?

-La diferencia es que nosotros somos "pasteleros a tus pasteles". Yo prefiero contratar 20 maestros que van a ser mucho más eficientes que nosotros haciendo mediaguas. Los voluntarios tienen que hacer lo que saben. Estudiantes de medicina ayudar en medicina en las poblaciones, psicólogos en su trabajo, abogados en Pro bono.

-Qué opina de la caridad en Chile. Siempre nos están pidiendo algo, un desayuno...

-Nosotros no somos partidarios de eso, porque se ha perdido la sensibilidad con la donación. Nunca vamos a pedir un desayuno, nunca un vuelto, sino que le presentamos a la gente los proyectos. Yo quiero involucrarte porque tú eres parte de la solución. No es nuestro rol dar caridad, pero sí tratar de formar emprendedores.

-Donar una escuela es caridad.

-No, porque esa escuela les permitió volver a los trabajadores a la normalidad. Si en Iloca no había escuela, las mujeres no podían llevar a sus hijos y no podían trabajar y los hombres no se hubieran ido tranquilos a pescar.

-¿No debiera ser la caridad un acto más silencioso?

-Hay que mostrar que tú eres buen samaritano, que eres un buen vecino de tu comunidad. No sabes la potencia que produce en tu empresa que estés ayudando a tu comunidad.

Desafío Chile aún no cumple tres años desde su creación y ya le encargaron a una periodista escribir un libro con su historia y también está preparando un canal de televisión interno, porque asegura, "la pobreza está mal comunicada".

Un grupo de jóvenes, probablemente obreros de la construcción, va por Camino el Alba hacia abajo, al paradero de micros. Cristián Goldberg los mira y dice:

-Cómo haces tú para que estos gallos que están ahí se integren a la sociedad, que les enseñen a sus hijos a ser un buen vecino. Se puede. Los medios de comunicación tienen que mostrar la parte positiva de este país, no puede ser puros accidentes o puros asesinatos.

Cuenta que van a hacer una campaña, para lo que están pidiendo ayuda a Pilar Sordo y Sergio Melnick, para que la gente se salude en los ascensores, sea más educada, haya mejores relaciones.

-¿Por qué después del terremoto todo el mundo se saludaba con su vecino y era solidario? ¿Por qué eso no puede ser constante en el tiempo?

-Usted partió desde abajo.

-Sí, claro, nadie me regaló nada.

-¿Ni el Rolex ese? -bromeo.

-No, ni el Porsche tampoco. Me encantan las cosas buenas, pero eso es un tema de gusto.

-¿Qué le parece la austeridad de la clase alta chilena?

-Me da lo mismo. Yo no le he robado nunca un peso a nadie, he pagado todos mis impuestos. No tengo ningún problema ético.

La última Navidad y el Año Nuevo, Goldberg la pasó junto a su familia en Juan Fernández.

-Después del accidente quería ir a ver qué había pasado y despedirnos de nuestros amigos. Quería hacer el vuelo que ellos hicieron para ver mi propia teoría del accidente; yo soy piloto aficionado, tenemos avión así que quería probar el circuito.

Lo acompañaron cinco de sus seis hijos, su nuera y su señora.

-¿No le dio miedo llevar a su familia en ese vuelo?

-No, al contrario. Conociendo la pista y con los pilotos que iban a cargo, la verdad que no hay riesgo.

-¿Cuál es su teoría del accidente?

-En eso no me meto.

"Es imposible de suplir (el carisma de Cubillos). Fue un gran gallo, con un nivel de lealtad increíble con la gente, un tremendo patriota y un tremendo héroe".

"Muchos de los que están en la Fundación se encantaron con la mística de Felipe, por lo que es posible lo que planteas", dice por las críticas en torno a él.

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